Por: Alfonso Bonilla Aragón.
Es verdad que estuve en la fundación del "América Fútbol Club", que con ese nombre salió de la pila bautismal. Obviamente no a titulo de jugador. para tanto no me daba ni mi edad, ni mi anatomia. Era yo un muchacho canijo, enteco y leguleyo, casi que incapaz de impulsar un balón más allá de diez o quince metros. Además me faltaba "cintura", según dictaminó Don Martín Lloverás Llopart, que ayudó al fútbol de cali en sus primeros hervores. Sin embargo, como mi hermano mayor, llamado Ramón como mi padre -y quien fue el primer arquero-, era uno de los más entusiastas organizadores del equipo, lo acompañe al nacimiento de la criatura. Sobra decir que nadie pensó que asistía a un hecho histórico. Es lógico que se recuerdan los detalles de la fundación de una ciudad, de la boda de una reina, de la conferencia de Yalta, o de la agonía de un magnate.
Pero se trataba de un adolescentes que, en plan de divertirse, resolvieron fundar uno de tantos equipos que comenzaban a pulular en la ciudad, bajo el virus importado de Inglaterra por unos jóvenes, que fueron enviado a estudiar finanzas, y que volvieron seguramente graduados en tan arduas disciplinas, mas también en el balonpíe. Como nadie pensaba estar asistiendo a un hecho histórico, ninguno tomo ni acta, ni cuenta de lo que estaba pasando.
Por eso pueden ser veraces los historiadores, ceñudos y cavilosos, que sostienen que el "América" fue alumbrado en uno de los bancos del Parque del Centenario, que es el que queda, Paseo Bolívar de por medio, frontero a la antigua Plaza de Armas, y que tiene sobre el lindero nor-oriental las viejas casas que fueron de las Echeverri, los Cháves y las Correas. (Escribo esto para los caleños viejos, por el simple purito de molestar a quienes no conocieron tan conspicuo vecindario).
Más también tenemos razón quienes sostenemos que el "América" nació de una "junta" que se realizó en el portón de la casa Pepe Piedrahíta Castro, (José Gabriel para el registro civil), mi gran amigo y padre de ese lucero con garganta de alondra llamada María Eugenia.
Lo recuerdo como si fuera ayer. Incluso me correspondió citar a algunos de los convocados Parece que desde ese tiempo ya tenia vocación de promotor y entrometido.
El hecho es que al filo de las siete de la noche, fueron a la casa de Pepe, situada en las calles 14 entre carreras 4a y 5a., justo donde terminaba "El empedrado" y comenzaba "El Vallano" los "socios fundadores". Que recuerde Pepe Piedrahíta, Bonilla Aragón, Artuto "Bizcocho" Salazar, Serafín Fernández, Luis Carlos Otero, el "Mochito" Perlaza, Daniel Barona, Guillermo Cuero, Daniel Solarte y algunos otros que mi flaca memoria olvida.
El nombre de "América" estaba en boca de todos. No solo por que era muy bonito y decidor, sino porque hacia el año 1923 o 1924, había existido un equipo ya con ese nombre, como también otros con el nombre de "Cali" y "Bolivar".
Se acordó que el uniforme fuera camiseta roja, de unas que vendía un comerciante ecuatoriano de apellido Anzola en un almacén ubicado en la calle 13 entre carreras 8a. y 9a. y pantaloneta blanca. Cada jugador tenia que costear la totalidad de su uniforme y dar un escote para costear el primero y único balón. Se convino en que los entrenamientos se harían salturiamente, en el campo de "La Cervecería" (barrio del "Centenario"), en "Galilea" (terrenos de la Clínica de Occidente) y en el Long Champ, potrero ubicado por los lados de "El Troncal"que servía también de aterrizaje en las escasa oportunidades en el que algún avión extraviado o aventurero nos visitaba.
El rival de América fue el "Sporting", equipo formado por algunos muchachos que vivían por los lados de "La Merced", "El Peñón" y "Granada". De ellos recuerdo a Julio Delgado, Hernando Mallarino, Marcial Villafane, Los Cobos....
Lo que describo fue el primer América. Tres hechos lo caracterizaron: El amor a la camiseta. Recuerdo que a varios de ellos se les salían las lagrimas de coraje cuando perdían un partido. Segundo la increible capacidad de asimilación. (A poco vieron jugar a los primeros equipos peruanos, el Ciclista Lima-Asociación y en Chancay a los "Olímpicos" de Baranquilla y Santa Marta y aprendieron tácticas y jugadas magistrales). Y en tercer lugar, el arrastre popular. Desde su inicio el América fue acuñado el equipo del pueblo.
Hecho hombres aquellos muchachos, muerto mi hermano a los 19 "-se abre en mi corazón una violeta lúgubre-", cayó el equipo en otras manos directivas y en otros jugadores. Adivino entonces la generación extraordinaria Celimo Torres "Guayaquil", "Canuto" Angarita, el "Manco" Castro, Tomás González, (no se entiende), Banguera, Arnul Escobar, etc. Y posteriormente un fenómeno que hubiera podido jugar, si alguien lo hubiera pulido en el río de la plata, Dimas Gómez.
Texto tomado de Despertar Vallecaucano. Sept-Oct 1975 Pág. 18
En la fotografía: América 1969
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