Actualmente un grupo de americanos impulsan el proyecto De Corazón o Nada con el que se busca producir 100 canciones para el Rojo para celebrar el centenario de la fundación de la institución. Por lo anterior, en este ejercicio de memoria sobre América y su gente, compartimos el siguiente texto de Ramiro Madrid Benítez, en el cual se destaca la relación de vieja data entre La Mechita y la música.
AQUEL 19 🎶
La animación del tercer piso de occidental corre por cuenta de una orquesta en la que se conjugan el amor por la divisa roja y el conocimiento de músicos de trayectoria en nuestra ciudad, como sería el caso de Mario Orozco, "El Cabezón"; Laureano Rengifo, el popular "Conejo"; Álvaro Ladino y Vicente Cortés, "Ébano".
En torno a ellos han congregado otros ejecutores de los ritmos colombianos, y una barra que empuja cuando las situaciones se complican en el gramado del Pascual, la misma que goza hasta el delirio cuando se rescata la tradición de la Academia Roja, o cuando los goles son la ratificación de un esfuerzo bien orientado. Allí entre música, comentarios y hurras, se escuchan frases como: "Ese Herrera ha jugado más que un gato chiquito", en un preciosismo del estilo popular. Ese entusiasmo rítmico tiene un tema que lo identifica, con el que cierran airosos los partidos triunfales, y tratan de espantar el fantasma de la derrota, en los pocos momentos tristes que como local nos ha dejado América desde 1979. Es "Aquel 19", el bolero de Alberto Beltrán, con "ese día en que fue tan feliz", en la que una espera del equipo del pueblo se hizo estrella, copa, campeonato en un 19 de diciembre, con Alfonso Cañón, Victor Lugo y Carlos Alfredo Gay.
BARRAS CON MUSICA
El gusto por la música ha estado ligado a la afición escarlata, la que salía a vibrar con los triunfos, con la poesía negra del Barby Ortiz, o en décadas más lejanas con la picardía de Dimas Gómez y Rubén Lizalda "Cartaguito". En los bares populares del Bretaña, San Nicolás, Guayaquil, barrio Obrero. Era igualmente melancólica y aguerrida cuando aparecía la cruel derrota o las victorias se escapaban en los minutos finales. Las voces de Cuba o Puerto Rico, de nuestro Caribe servían de fondo a los motivos del alma, del gusto por el fútbol. En esta línea se inscribe "La Barra del Diablo" de 1971, de Libaniel Giraldo, Armando Leal, Gustavo Vásquez, Francisco Olaya, Tulio Chávez y Edgar Mañozca, la cual contrataba conjuntos locales para la animación de los asistentes a los partidos. Con posterioridad se fueron asociando algunas personas con afinidad musical y organizaron un grupo propio que tuvo a Olmedo Ramírez como primer cantante. Esta barra que contó con la amistad del desaparecido padre Daniel Guillard, supo a partir de aquel día cumbre, el 19 que en nosotros vivirá, que tocaba pensar más en grande, y para 1982, de la barra Academia Roja surgió la iniciativa de fundar una orquesta: la misma que hoy anima y le da alegría a los partidos.
INTEGRANTES
La orquesta de hoy tiene aproximadamente veinte músicos de los cuales los más constantes son: Pedro Arango, con el saxo; Álvaro Ladino, en la trompeta y 30 de afición roja; la batería con Laureano Rengifo, "Conejo", quien ha estado ligado durante varios lustros a la actividad artística de Tito Cortés; Nelson, el duende en la guitarra; Olmedo Ramírez, en la caja vallenata; Vicente Cortés y Jesús Hoyos, cantantes. El primero acaba de lanzar su primer larga duración titulado "El Mecánico", con Rafa y su combo. Alirio, en las maracas; y en la dirección Mario Orozco, el cabezón, de Los locos del ritmo de Tito Cortés. En torno a ellos giran con especial dedicación Ligia González, Doris Gómez, el doctor Eduardo Solarte y el ingeniero Hernando Prado. Han acompañado al equipo a los estadios más cercanos, y algunos de su barra han trascendido las fronteras nacionales, en las versiones de la Copa Libertadores.
EL RITMO PROPIO
Si bien "Aquel 19" constituye la carta de presentación, hay arreglos de gran significación emotiva, generalmente realizados a partir de música colombiana, entre los que se podría mencionar.
"Yo conozco un gran equipo, un equipo de verdad. juega con preciosidad y en su ritmo es muy parejo. Ha llegado hasta muy lejos, cuatro estrellas conquistó, Es de color bien rojito..."
Como el rock no pierde vigencia, Laureano Rengifo, compuso uno para la Academia: se baila en Cali, se baila el rock.
"Este es el ritmo del América, Un dos, un dos, que pasó Un dos, qué pasó..."
El América tiene su orquesta, que le da el sabor caleño al fútbol que se presenta en el gramado del Pascual, con la colaboración eficiente de Libaniel Giraldo, Pacho Olaya y Jaime Gutiérrez. Son los caminos de la emoción, de un sentimiento popular que hoy se renueva con las generaciones surgidas de una ya larga y brillante campaña.
Revista América No. 40 de diciembre de 1985