lunes, 6 de marzo de 2023

Hinchas de la vieja estirpe

 

Hay hinchas consagrados, que trabajan como hormigas para ayudar en los triunfos de su equipo. De esta fibra son Harold Cárdenas Ayala, Octavio Alonso Calle Ospina "Kojac" y Alfonso "El Mono" Restrepo (orden de la foto), con muchos años sintiendo los triunfos y las derrotas de la divisa escarlata, animando a los demás para que el jugador número doce sea algo más que una frase. Cada uno tiene su historia, el sabor de sus mieles, sus vítores, o los momentos en que a puño limpio han tenido que afrontar a los seguidores de otros equipos, de

🔴 "EL MONO" RESTREPO  

"El hombre de la campana" de los años 70, es el mismo "Mono" Restrepo, que a sus 50 años vive con la moral en alto, porque si vio colmados los anhelos de un campeonato para su América, ahora busca igualar la marca del rival de patio: cinco estrellas. Corpulento, fervoroso, es una pasión cotidiana. Vive y sueña para el América, el mismo cuadro que empezó a ver desde los siete años, cuando su tío Saúl Restrepo lo llevaba al estadio, pero no para que ingresara por la puerta, sino amarrado con un lazo, que hacía las veces de ascensor para localizarlo en las tribunas. Nacido en Cali, criado y asentado en el barrio Obrero, "mi querido barrio", fundador junto con los hermanos Carlos y Huber Conde de la Barra del Diablo, hace 18 años, estima que "las barras del América no se arrugan nunca", ni ante los cuchillos del estadio de Manizales, o la piedra de Armenia e Ibagué. Para eso se inspira en el "Júrguele, América", surgido del alma de un señor Godoy, que además de vender frescos en el estadio de San Fernando, animaba una porción de camisetas rojas en aquellos tiempos del 46 al 48.

El América no ha sido únicamente el grito altivo de las grandes victorias, ni de aquel 5-0 frente al Cali. Es también un partido inconcluso frente a Santa Fé, en esta época ochoísta, cuando Mideros le dio un codazo a Saturnino Arrúa. "Fue Mideros", le gritaron en coro Restrepo y Cárdenas, con los megáfonos. El santafereño les respondió airado, y vinieron los inconvenientes en la tribuna. Los dos hinchas americanos terminaron oyendo el resto del partido en una comisaría, tomando cervezas y comiendo fritanga que les ofrecieron los policías de guardia, conmovidos ante descomunal hinchismo.

Alfonso Restrepo, que rememora los tiempos del Long Champ, y su admiración por Gabriel Ochoa, al que le llevaba los guayos, no disimula su creencia de que "el fútbol de hoy es mediocre; el único equipo que brinda espectáculo con táctica es el América". Ni tampoco su empeño que tuvo para luchar contra el técnico D'Corzo, ni los cohetes, ni la pólvora que entraba camuflados al estadio para darle ánimo a los rojos, ni su decisión para que el 79 fuera el momento largamente esperado.

De los jugadores sobresalientes a partir de 1979, Restrepo se inclina por Carlos Gay, Gerardo González Aquino, Juan Manuel Battaglia, Luis Eduardo Reyes, Gabriel Chaparro, Víctor Lugo, Julio César Falcioni, Willington Ortiz, Antony de Avila, "esa lumbrera que es Soto", Juan Penagos por "su moral alta" y Alex Escobar de "mi querido barrio Obrero". Son todavía muchos los partidos que, desde la tribuna, en Cali y en otras ciudades, tiene que jugar con la número 12 este hincha de las épocas tristes y las florecientes.

🔴 HAROLD CARDENAS AYALA

Luego de 44 años de haber nacido en esta ciudad, y 37 de ver al América, desde cuando su padre, también aficionado rojo, lo llevaba a los partidos. Está casado con Blanca Luz Gómez, una hincha del Cali que le ayuda a hacer las banderas con las que las mil personas de la barra Dale Rojo, fundada hace doce años, animan en los partidos claves. Para Harold, "el haber cogido la estrella del 79 nos parecía una mentira", mientras que los jugadores que la lograron, y que eran una realidad, conformaron un equipo "que no cambio por ninguno". Ni olvida la tragedia de los hinchas de la tribuna sur en 1982. Un cuadro de varias temporadas, representante de la calidad, lo integraría Harold con Montaño, "Pitillo", Moussegne, Castronovo, Brittos, un medio campo con González Aquino, Cañón y José Antonio Plá, una delantera compuesta por Camilo Cervino, Willington, Lóndero y Cáceres. Este último "no ha sido reemplazado". El aprecio por don Julio Tocker y sus 2.2 fechas, asoma en la piel de su larga afición. Directivos como Miro e Isidoro Malca, quienes le daban la tela para las banderas, figuran en un escalafón de afectos en el que "Miguel Rodríguez y Pepino Sangiovanni posibilitaron la obra del 79". Doña Beatriz Uribe, por su parte "ha contribuido a organizar las barras". 

🔴 OCTAVIO ALONSO CALLE OSPINA  

Más conocido por Kojac, por su cabeza despoblada. Un quindiano de 36 años, que al llegar a Cali a los 10, tuvo que olvidarse de aquella divisa auriverde que veía jugar en Armenia gracias a su amistad con Benitín Urruti, Alcides Saavedra y Marcolini. Desde 1967 es un colaborador permanente de "El Mono" Restrepo, con quien conserva una afectuosa amistad. Juntos han librado batallas de hincha, como aquella de Manizales, en la que se dieron tantas trompadas con los seguidores del Caldas, que recibieron una tarjeta roja representada en una boleta de captura que lograron eludir, gracias a sus ágiles piernas por las empinadas calles, en aquel 1978. A Kojac lo molestan por su calva al aire, lo que se ha constituido en motivo de disputa de sus compañeros de barra, que no han querido ocultar su solidaridad. Siente con amargura ese gol de Pandolfi que representó el descarte del América, cuando de ñapa le quemaron su capa de gamuza roja, con la que se hacía aún más notorio. En cambio "el 19 de diciembre de 1979 fue el día más feliz para mí; nunca había disfrutado tanto, lloré. Carlos Alfredo Gay, una gran persona, nos hizo emocionar cuando le daba la vuelta, de rodillas, a la circunferencia central". Al fervor de estos hombres, que han jugado con la camisa número doce, sin arrugarse, ayer y hoy, la Revista del América les rinde su homenaje, muy merecido, por cierto.


Revista América No. 33 - Mayo de 1985


 

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