Hoy sábado de cancha homenajeamos a Estella Castellanos y su barra Estrella Roja, que siempre está presente alentando al rojo en la tribuna oriental.
"El América me ha hecho reír y llorar"
«Estella Castellanos es una hincha roja capaz de dejar todo a un lado para ver jugar el equipo que aprendió a querer mucho cuando tenía seis años, y era invitada por su prima Berta Puertas, otra aficionada del alma, que desde Tuluá le daba acelerador a su carro particular para venir al estadio caleño. Eran los tiempos en que había que estar en las graderías a las diez de la mañana, para presenciar los clásicos, cuando la gente asistía a los mismos con "más amor".
A los 14 años, al inicio de su primavera, Estella se trasladó a Cali, y entonces querer al América se hizo más fácil. Su vida transcurría entre sus trabajos como técnica en rayos X en el servicio social de la Secretaría de Salud Pública de Cali, lo que le produjo muchos amigos y sostener, orientar y ser masajista de un equipo de pibes que no podía tener un nombre diferente al de "Sol de América", a los que tal vez imaginaba con la casaquilla roja un día de mucha luz tropical. Como si esto fuera poco, fue arbitro de futbol con el patrocinio espiritual de Teófilo Perdomo, a quien adora en el recuerdo. "Me hacía hasta tres líneas en un día", manifiesta Estella con orgullo. Cuando actuaba en el Estadio Panamericano, los policías, muy gentiles ellos, le prometían protección. "Mamacita, el que se meta con usted, se tiene que meter con nosotros". Y un día tuvo sus apuros: jugaban Ingenio del Cauca y Anfopal. El juez central se lesionó durante un cuarto de hora y tuvo que reemplazarlo. Se formó un problema y uno de los jugadores le iba a pegar. Lógicamente no faltó quien la defendiera, y a quien intentó agredirla, lo suspendieron durante un año. En 1972, en un partido de mujeres en el Estadio Panamericano, le tocó una pelea, cuando comenzaba el segundo tiempo entre el América y las Millonarias de Buenaventura. "Nada de golpes con las manos abiertas. Se daban trompadas. Afortunadamente logre terminarlo".
Para que el cuadro quede completo, hay que manifestar que su hermana Flor Castellanos es la madre de Saulo Hernández, el actual portero del Cali. Cuando era un niño, Estella lo llevaba al estadio, pero no pudo vincularlo a nuestra gran afición. Cuando le preguntamos cómo hace en los clásicos regionales, cuando su sobrino está en el arco, responde: "Primero está mi ameriquita, y que le metan una goleada hasta rara".
BARRA ESTRELLA ROJA
Como un solo americano no hace verano, y para animar un equipo se hace necesario el esfuerzo de un grupo, fundó una barra cuyo nombre es un homenaje al primer campeonato: Estrella Roja. De paso recordaba un gran elenco yugoslavo, país de donde han venidos jugadores que se pusieron la roja. Hizo su debut en julio de 1980, y fue recibida en los siguientes términos por el diario El Pueblo: "La barra más animada de los últimos días en el estadio de San Fernando, es la Estrella Roja, que estrenó pancarta el miércoles. Esos seguidores no cesaron un solo minuto de animar a su equipo". La barra sigue, y se fundamenta en tres principios, sencillos, pero importantes: hacer bastante bulla, lucir la camiseta de la barra y llevar papel periódico picado. Estella queda maravillada con los sacrificios de algunos hinchas, que han "empeñado el radio o un pantalón para pagar la boleta o se van a pie hasta los barrios más apartados, sobre todo cuando se trata de partidos nocturnos".
En esa barra surgió el romance de Gerardo Zamorano con quien hoy es Yaneth de Zamorano. Él es compañero de trabajo en Emcali, en donde Estella se desempeña actualmente. Cuando Estella hace el balance de sus amigos, no puede dejar de lado americanos de cepa como Libaniel, Armando Leal y Pacho Olaya. "Pepino conmigo es la verraquera. No puedo olvidar las flores que me mandó cuando estuve enferma a finales del año pasado. Curiosamente, nunca he podido ver jugar al América un partido en el que se consagre campeón, por encontrarme hospitalizada". La lista de quienes le han colaborado en su americanismo es tan larga, que no me queda otro remedio que citar nombres al azar: Jaime Barrera, Henry Llanos, Rodrigo López, William Montoya. "El Duende se ha preocupado mucho por mí. Lo he visto llorar por el América".
JUGADORES PREFERIDOS
Estella reconoce que el fútbol de antes era más hermoso, más lirico. Pero no por esto desconoce la labor de quienes le han dado tres campeonatos a la institución, bajo la conducción de Gabriel Ochoa Uribe: 'El mejor técnico de ahora. Formal, serio, tratable. Los hinchas no queremos que se vaya". El listado de la admiración empieza con Carlos Montaño. Pedro Nel Ospina "se brindaba con amor por el América. Guillermo Reynoso me ayudó a entrenar el Sol de América. He querido mucho a González Aquino, Falcioni, Battaglia y Alfaro. A Juan Penagos le teníamos bronca, pero ahora lo queremos. El doctor Ochoa lo hizo buen jugador. A Willington Ortiz le mandé una carta luego de botar el penalti en la pasada Copa Libertadores; en ella le decía que él seguía siendo el ídolo del América. He sido también admiradora de Juan Caicedo y Victor Espinosa". Como el retorno del diablo está sobre el tapete, no quise terminar esta conversación sin preguntarle al respecto. "No me gustan los pactos con el diablo, somos creyentes. En los partidos difíciles nos ponemos a rezar". Así es Estella Castellanos, espontánea, encarretada con el América, una de las razones de su vida.»
Revista América No. 24 - Julio de 1984
Foto: Marzo de 1983 - Estadio Matute - Copa Libertadores
